Ciudad Ixtepec, Oaxaca, México, 1950.
Su trabajo está cifrado en una reflexión continua acerca del entorno: el paisaje, la luz, el tiempo y su impronta en los objetos, así como la naturaleza y sus ciclos son algunos de los aspectos que permean su quehacer artístico.
Su obra, principalmente abstracta, integra elementos que van de la línea precisa a formas geométricas desdibujadas o inexactas tratadas a través de una experimentación constante con el color y la textura.
Aunque su trabajo es fundamentalmente pictórico, Villalobos ha transitado por disciplinas diversas: grabado, escultura y cerámica.
Ha expuesto en diferentes galerías y museos de México y el mundo a lo largo de más de tres décadas de trayectoria.