Zacatecas, México, 1931 – 2019.

A los 20 años se instaló en la Ciudad de México con la idea de estudiar contaduría, pero se inscribió en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Renuente a la pintura como oficio, su herencia familiar pronto lo llevó por ese camino.

En 1952 ganó el Concurso de Artes Plásticas del Instituto Nacional de la Juventud, lo que le obligó a recibir una beca con la condición de matricularse en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda del INBAL, donde tuvo como profesores a Carlos Orozco Romero y Francisco Corzas.

Su colega y amigo Carlos Mérida, lo recomendó con Inés Amor, directora de la Galería de Arte Mexicano; en 1956 celebró su primera exposición individual y tres años después, en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Contrajo nupcias con Ruth Rivera, hija de Diego Rivera y en 1964 realizó dos murales en el Museo Nacional de Antropología.

Rafael Coronel participó en exposiciones individuales y colectivas en museos y galerías de Estados Unidos, América Latina, Italia, Bélgica, España, China y otros países.

En 1990 dio forma a uno de sus más grandes proyectos: en el Ex-Convento de San Agustín, en Zacatecas, creó el Museo Rafael Coronel con cinco mil máscaras mexicanas (en la actualidad rebasan las 11 mil), 400 piezas prehispánicas, 1,500 piezas de cerámica colonial, 200 títeres de la Compañía de Rosete Aranda y 100 dibujos de Diego Rivera. En 1994 ingresó como miembro a la Academia de Artes.

“La pasión por la pintura de Rafael nació al entusiasmarse por la arquitectura, que lo condujo a descubrir la pintura figurativa que tanto le atizaba la sangre, como decía él. Admiraba la óptica de los artistas contemporáneos, pero era fiel a los clásicos (…) también se interesó en pintar a la gente de la calle. Experimentó varias formas hasta que logró ser uno de los artistas más destacados dentro de la pintura realista”, expresó su colega Arnaldo Coen.

*Fuente: https://inba.gob.mx