Nació en Florencia, Italia en 1936. De origen germánico y judío, emigro a México en 1939 al estallar la Segunda Guerra Mundial. Su infancia transcurrió rodeado de la comunidad extranjera radicada en México que incluía científicos e ingenieros ateos, teosofistas vegetarianos, millonarios estadounidenses excéntricos y aristócratas europeos extravagantes, convivió con artistas como como Man Ray, Max Ernst, Leonora Carrington, Remedios Varo, Alexander Calder, Kenneth Noland, Saul Steinberg, Salvador Dalí o Mathias Goeritz, entre muchos otros. En una carta manuscrita en París el 23 de febrero de 1963, el poeta francés André Breton describió la Mano-silla, la obra más conocida de Friedeberg, como una obra surrealista.
Las pinturas, muebles y otras cosas de Friedeberg se caracterizan por estar llenos de ornamentos, con poco o sin espacio en blanco, llenos de líneas, colores y símbolos, que hacen referencia a esculturas antiguas, códices prehispánicos, el catolicismo, el hinduismo, etc.