Teococuilco, Oaxaca 1964 – 2013.
A los 9 años, se mudó con su familia a la Ciudad de Oaxaca, donde estudió en el Centro de Iniciación Artística, después se inscribió en el Taller de Arte Rufino Tamayo, que dirigía el maestro Roberto Donis y logró conseguir una beca. Luego ingresó por un corto tiempo a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Oaxaca, en donde conoció al maestro Shinzaburo Takeda, un pilar académico en esa institución, quien era egresado de la Universidad de Bellas Artes de Tokio, y en 1963 se mudó a la Ciudad de México, para continuar sus estudios en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, a lado de Luis Nishizawa.
Santiago ganó reconocimiento internacional con la obra escultórica 2501 migrantes, un proyecto que desarrolló cuando regresó de Estados Unidos y Europa a su pueblo natal, vió que estaba cada vez menos poblado por la migración. Ahí encontró la inspiración a través de la cruda realidad que él mismo experimentó, la cual le llevó a realizar su obra mas importante titulada “2501 Migrantes”. Su manera de representar el fenómeno de la migración en una serie de esculturas que simbolizan las almas de 2500 +1 paisanos que estaban ausentes de Teococuilco y añadió una más, la suya propia, colocada como testimonio de su regreso. Dicha instalación permanece en El Zopilote, un rancho que compró en un pueblo cerca de Suchilquitongo Etla en Oaxaca. Alejandro Santiago entregó su vida al arte y a ayudar a su pueblo. Fundó el Centro Escultórico La Telaraña y becó a jóvenes para que se acercaran a las artes como lo hizo él desde temprana edad.
Alejandro Santiago realizó instalaciones en París, Berlín, Londres y Japón.